Caso Fundaciones y la crisis de confianza: cuando el trabajo de años se ve empañado en un instante

Comparte

Por Aracelly Fuentes, Administradora Pública, egresada MBA USACH.Gerente de Proyectos Fundación Las Brisas de Santo Domingo.

Durante las últimas semanas, los medios de comunicación han informado acerca de los millonarios traspasos de dinero de diferentes organismos del Estado a algunas fundaciones de forma irregular, el llamado caso fundaciones, donde los favores políticos indican ser la razón principal de este tipo de hechos, y que claramente corrompen nuestras instituciones públicas, pero a su vez, también pasan a llevar un sector económico que nunca se había visto involucrado por estos hechos y que por el contrario durante muchos años gozaron de la confianza de la mayoría.

Ya sea como Fundación, Organización No gubernamental (ONG), organizaciones comunitarias, cooperativas o en general cualquier organización de la sociedad civil con estatus jurídico- institucional o formalizada, todas buscan de forma directa y sin ánimos de lucro, poder generar una ayuda directa a alguna de las diferentes y múltiples necesidades que se puedan presentar en disímiles dimensiones de la sociedad y con distintos niveles de impacto, tanto así que, se estima que en Chile existen alrededor de unos 235.000 servicios de este tipo trabajando de manera activa y siendo parte de las más diversas actividades y sectores productivos como la cultura y el ocio, la educación, la defensa de animales, la vivienda y el medio ambiente entre otros.

Es claro que el trabajo de las organizaciones sociales como las Fundaciones son muy relevantes en el país, ya que en una economía marcada por el individualismo y donde las políticas públicas muchas veces no pueden subsanar cada una de las necesidades y problemáticas de cada individuo, este tipo de instituciones funcionan como pilar o puente entre ambos mundos y siempre de forma directa y en real contacto con las personas.

Como profesional con años de trabajo en el servicio público y ahora inserta en este mundo del trabajo solidario y cooperativo puedo darme cuenta lo difícil que es desde el Estado llegar a los niveles más profundos de las desigualdades, sin ir más lejos, en la comunidad donde la Fundación Las Brisas se encuentra y trabaja, existe una realidad muy diferente a lo que las personas pueden imaginar de una comuna como Santo Domingo, estando tan cerca de ciudades como Santiago, Viña del Mar o Valparaíso, cohabitan personas que en su mayoría aún viven de la agricultura y la ganadería y donde las oportunidades de estudiar en el pasado fueron lejanas o nulas, y que hoy ya de adultos se han atrevido a cumplir esas metas y desafíos a través de esta Fundación.

Lamentablemente estas organizaciones viven y se desarrollan con lo justo, en su mayoría existen gracias al esfuerzo de privados a través de sus socios, y por ello los proyectos públicos como fondos concursables son muchas veces un salvavidas para continuar con su labor y no dejar a sus beneficiarios a la deriva, por lo que decisiones como las de Contraloría General de la República de suspender convenios y traspasos de fondos a todas estas instituciones por las situaciones conocidas como las de Democracia viva y otras, afectan a miles de personas, no tan sólo a la organización.

Quizás es tiempo de poner énfasis en cambiar las normativas y las políticas respecto de estos fondos y proyectos, ya que quienes realizan su labor de forma transparente siempre podrán demostrarlo, pero no se debe poner en jaque ni perder la confianza en estas instituciones porque sin ellas se puede perder una parte importante de quienes ayudan a construir el bien común y la solidaridad en la nuestra sociedad.

Lee más noticias