Con una destacada trayectoria en el sector financiero y energético, la profesora del MBA USACH, Manuela Ramírez, ha sabido conectar dos mundos que hasta hace pocos años parecían distantes: las finanzas y la sostenibilidad. Su experiencia internacional, tanto en banca como en industrias altamente demandantes, la ha llevado a ser una voz influyente en la integración de los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en las decisiones empresariales. En esta entrevista, comparte su visión sobre los retos del liderazgo sostenible y los desafíos que enfrentan las empresas y los futuros ejecutivos.
Tu carrera profesional ha sido notablemente exitosa en el sector financiero y energético, entre otros. ¿Cómo ha sido tu experiencia de transición entre los distintos roles y sectores hasta tu actual posición como directora?
Yo empecé en banca, me fui al sector real, volví a banca lo cual es raro (no pasa mucho), pero creo que la clave para hacer esas transiciones de carrera es buscar un hilo conductor en tu currículo, no solo para mostrar sino para apalancar el conocimiento que tienes en otras profesiones e industrias y buscar que tenga un sentido, un propósito. Para mí ha sido clave tratar que mis trabajos generen cambios de alguna manera en la sociedad, no absolutos porque uno no es Elon Musk, pero ya uno generar uno; y ese hilo conductor para mí, ha sido un poco la financiación de proyectos que ayudan a la sociedad, particularmente transición energética, es una de las cosas en las que me he querido enfocar, hoy estoy nuevamente en banca y creo que es clave el papel de diferentes actores para generar esos cambios.
Ese hilo conductor es el que me ha ayudado a que las transiciones tengan sentido y a no tener que cuando hago una transición, bajarme, sino apalancar ese conocimiento en el siguiente nivel. Creo que lo que tu aprendes no es específico a algo, creo que uno aprende herramientas y la gente comete el error de contratar a personas que ya han hecho ese trabajo antes y para mí eso no tiene sentido.
En cambio, si contratas a una persona que ha aprendido a aprender es clave y yo creo que eso es lo que ha tenido mi carrera y es tratar de buscar ese conocimiento apalanque nuevos conocimientos.
¿Cuándo te empezaste a dar cuenta que las empresas estaban teniendo en cuenta el tema de la sostenibilidad?
Yo estudié finanzas hace un montón de años atrás y en mi carrera nunca se habló de este tema, luego cuando empecé en banca, en ese tiempo era muy común hace un check list para confirmar que la empresa con la que se estaba haciendo contratos no era una empresa peligrosa; pero la sustentabilidad no era un tema particular y ahí me fui a construir el área de relación con inversionistas en una compañía cementera global, cuyo propósito era un poco atraer inversionistas, diversificar su base yéndose a mercados globales y a inversionistas de diferentes partes del mundo.
Empecé a viajar, siempre muy financiera, siempre teniendo los números bien claros y me empiezo a dar cuenta que el inversionista no necesariamente mira los números, sino que mira la estrategia general de la compañía y particularmente en Europa voy y los inversionistas holandeses, (esto fue hace un tiempo atrás) empiezan a hacerme preguntas que yo decía por qué me preguntas esto a mí; me preguntaban sobre la huella hídrica, la estrategia de descarbonización, cosas muy específicas, claves para la industria del cemento que hoy veo como… pero obviamente uno estudia muy sesgado a que el número es lo que importa.
Entonces empiezo yo a aprender, a sentarme con las personas para que me explicaran como para tontos, porque la compañía tenía su área ambiental, pero ellos estaban enfocados en la operación. A cómo comunicarle a un inversionista que tampoco viene digamos de Ingeniería Ambiental, sino que también está en el mundo de las finanzas tratando de entender y traducir de alguna manera. Empiezo entonces a transformarme en un traductor de estos temas para ver cómo explicarle al inversionista la estrategia de una forma numérica y de una forma en la que entienda que la compañía está haciendo la tarea en reducir esos riesgos.
Inicialmente eran solo riesgos, no había oportunidades, sino que eran solo riesgos climáticos, sociales, ect.; tiene además la dificultad de que muchos inversionistas en Europa están en sus escritorios en Europa y no entienden las particularidades de hacer negocios en LA, no entienden que a veces los países latinoamericanos no tienen tantas posibilidades para elegir.
Me enamoré bastante del tema, después sale una publicación de Blackrock el fondo más grande del mundo que habla de una reformulación fundamental en las finanzas en donde el señor dice “riesgo climático es riesgo de inversión” y toca salirse del número y ver la tendencia y lo que está pasando y yo me enamoro con eso porque desde el principio yo creía que el financista no tenía que ser financista de escritorio, sino entender el negocio.
Me voy para Cartagena (Colombia) un mes a la planta a ver la operación a entender desde dónde se saca la caliza, el horno, pero eso me ayudó mucho a entender de manera profunda el negocio para integrar la sostenibilidad a la estrategia, casi que te digo que la sostenibilidad es estrategia. Si yo quiero mantener mi negocio en el tiempo tengo que estar atenta a lo que está pasando en el mundo y también de los riesgos y oportunidades que se pueden generar por cosas como el cambio climático.
Empiezo entonces a pensarlo desde una manera, muy ligado a mi sentido común y a la estrategia.
¿Cuál consideras que es el mayor reto que enfrentan hoy las empresas en términos de integrar los criterios ESG en su estrategia financiera?
Yo creo que el reto o el riesgo es al green washing, creo que una empresa que no se toma en serio el tema y que lo ve más como un tema de comunicaciones o de relaciones públicas, únicamente puede resultar en un riesgo reputacional gigantesco. Creo que el reto verdadero es ligar la estrategia a la sostenibilidad, yo no puedo tener una estrategia de sostenibilidad, no, la sostenibilidad debe ser mi estrategia. Creo que ese es un reto grande y difícil, porque las compañías, por ejemplo, se da un conflicto entre el área financiera y el área de sostenibilidad, estos conflictos son importantes y ayudan a la conversación, pero es difícil lograr que permee a áreas que son tradicionalmente no creyentes del tema.
Ahí es clave que el tema venga de un nivel realmente alto, yo creo que cuando tú ves empresas que tienen a un practicante como el representante del área de sostenibilidad o ambiental, lo más seguro es que vaya a tener un problema. De dónde sale el tema es bien clave y a qué tan alto nivel se está teniendo estas conversaciones.
Has liderado importantes procesos en finanzas corporativas y sustentabilidad, ¿Cómo crees que la sostenibilidad está impactando las decisiones financieras dentro de las grandes corporaciones?
Depende mucho, para empresas que están en sectores complejos desde el punto de vista por ejemplo climático, empresas de combustibles fósiles, empresas de acero o cemento; la sostenibilidad ya está comprada en las áreas financieras y ya está impactando. Hay compañías que están teniendo menos acceso a financiamiento, por estar en una industria completamente de combustibles fósiles y no tener un plan de transición, creo que ahí ya está más dada la conversación en el mundo financiero y ya esas empresas que están haciendo bien la tarea, también se están beneficiando del tema. Entonces, la diversificación de sus propios inversionistas a través de inversiones etc.
Luego están las compañías pequeñas y medianas donde las conversaciones apenas están comenzando y ahí, yo creo que lo importante es generar un ecosistema en donde estos temas se puedan aprender en conjunto. Estas compañías pequeñas no tienen el mismo acceso a… no tienen los ojos encima del sector internacional, no tienen ese inversionista europeo que los va a llevar a realizarse esa pregunta tan importante. Aquí el rol de muchos actores es clave, las universidades, por ejemplo, cómo siguen enseñando las cosas.
Que el MBA de la USACH ya haya incorporado el tema de la sostenibilidad en su malla es un tema clave para sus escuelas de invierno y verano; a mí me parece que es un avance gigante en que la conversación se está tomando en serio. Creo que ese es el camino, es una cascada, toma tiempo para que sea de verdad, se cometen errores, pero cada vez hay más ojos y más cosas andando.
En tu experiencia como docente del MBA ¿Cuál crees que son los mayores desafíos a los que se enfrentan los estudiantes cuando se trata de entender la relación entre finanzas y sostenibilidad?
Son dos, el primero es gracioso porque siempre en un curso existe el estudiante que no cree y el desafío ahí es un poco abrir la mente y dejar que el sentido muestre el camino y dejar que sea una conversación de sostenibilidad seria. Creo que esos no creyentes son claves para la conversación. Siempre encuentro el mismo estudiante que empieza la clase número uno pensando que el tema es muy hippy. He logrado cambiar la mentalidad de alguno de ellos; porque ellos son los que realmente logran que la sostenibilidad sea real. Si me entiendes, los que no comen cuento, creo que eso es un desafío importante.
El segundo desafío es cómo logro quitarme un poco de la reportería y todo lo que hay a través de la sostenibilidad y enfocarme en el negocio completamente, cómo logro entender que una empresa no puede estar ella solita, que esas conversaciones son estratégicas y de largo plazo.
Desde tu perspectiva, ¿Qué tipo de habilidades y conocimientos deberían desarrollar los futuros líderes de finanzas para estar preparados para los retos de un entorno empresarial cada vez más enfocado en la sostenibilidad?
Yo pienso que la primera habilidad es aprender a leer un poquito el futuro, entender que el trabajo del liderazgo a medida que uno sube en una organización cada vez más se debe enfocar en mirar la empresa en 20 años y menos en apagar el incendio de hoy en día y eso es súper difícil; porque el incendio de hoy en día se debe apagar y alguien lo debe apagar, porque nos sentimos que si no estamos teniendo resultados rápido no estamos haciendo bien la tarea. Yo creo que lo urgente no nos puede quitar lo importante.
Hacer las cosas bien, es más importante ver la película grande y no perdernos de nada, que tener bajo control todos los diferentes incendios. Una empresa hoy en día está
afectada por las redes sociales, lo que están diciendo de la empresa, el político de turno puede cambiar la regulación y hay que pagar nuevos impuestos, hay demasiados incendios en el día a día y el reto está en tener un equipo en el que puedo delegar incendios para yo estar enfocado en construir la compañía para 20 años más y asegurarme que esa compañía va a estar viva en 20 años porque esa es la clave de la sostenibilidad. Sostenibilidad es que la compañía se sostenga en el tiempo.
Asegurarnos también de tener en cuenta los riesgos de mi entorno, con los stakeholders con los que trabajo para asegurarme que voy a estar vivo 30 o 40 años más. La otra habilidad es mantener la mente abierta, vemos demasiados líderes que creen que se las saben todas y en esto es importante decir no sé de esto y tengo que aprender.
¿Cuáles son las principales tendencias que observas actualmente en el sector financiero en términos de inversiones sostenible y cómo crees que estas tendencias evolucionarán en los próximos años?
Yo creo que hay una tendencia clave hacia la medición, el tener números y no solo palabras para poder llevarlo a la realidad, llevar esto al compromiso real en tus indicadores en tus KPIs que yo creo que es positiva y que muestra una madurez en el tema. Creo que estamos en un momento muy bueno en el que las conversaciones nos están quitando un poquito del absolutismo, todavía hay bastante de eso (absolutismo), pero… Ese absolutismo de yo no voy a financiar combustibles fósiles creo que afecta y va en contra de una transición ordenada en muchos sentidos de la transición energética.
Ya hoy, por ejemplo, la Unión Europea reconoce el gas como combustible de transición, el gas es un combustible fósil, pero, es importantísimo en entornos sociales vulnerables como LA o África para hacer una transición ordenada. Tenemos ese absolutismo en políticos todavía y yo no entiendo eso porque la seguridad energética tiene que primar a la transición energética, hay que entender que muere gente si no hay energía.
Entonces tiene que darse de una manera organizada para cualquier caso y en el largo plazo yo no puedo ser absolutista. Creo que se están dando conversaciones en ese sentido, creo que a veces son más lentas de lo que se necesita.
En tu opinión, ¿Cómo pueden las empresas chilenas incorporar prácticas de finanzas sostenibles en un mercado que aún está en desarrollo en términos de inversión responsable?
Yo creo que no está tan en desarrollo y creo que a veces como latinos nos damos duro, pero a veces las prácticas latinoamericanas de reporte están mejores que las de mercados desarrollados para las empresas grandes. Son empresas que sobreviven globalmente y que dependen del mercado de capitales global, entonces han hecho la tarea bien, más bien han tenido que hacer la tarea bien y esto las ha llevado a tener acceso al financiamiento global. En LA en algunas cosas hemos sido “early adopted” de tema, pero ¿Cuál es la tarea? bajar eso a empresas medianas, empresas pequeñas, empresas que no tienen los mismos accesos que las empresas de talla mundial.
¿Existen ganas de ayudar a las empresas pequeñas?
Yo no creo que en el mundo de los negocios las cosas sean gratis, yo creo que está en el mejor interés de las empresas grandes ayudar a construir con sus propios proveedores una estrategia de sostenibilidad; porque si yo empiezo a hacer absolutismos de estos son mis estándares, pues entonces yo solamente voy a poder contratar empresas grandes y voy a generar un descontento en mis clientes que tienen empresas pequeñas. En cambio si tengo un beneficio de construir con ellos y generar una lealtad y un ecosistema, yo me beneficio de que tu mejores tus estándares, estoy teniendo acceso a más proveedores, hay más competencia, los precios deben ser menores; pero no estoy castigando sino construyendo con ellos.
Entonces yo no creo que sea ayudar porque yo soy la señora de la caridad, sino por el mejor interés en mejorar estándares de la mano de mis stakeholders.
Como líder de una organización internacional, ¿Cómo gestionas las diferencias culturales y regulatorias en proyectos de financiamiento y sostenibilidad a nivel global?
Yo te diría que no hay tantas diferencias, que si bien para las empresas locales, ellas sin ven las diferencias, una vez tu estas en el mercado global de capitales digamos que la vara se sube y esa vara se va a implementar para todo el mundo. A veces tristemente, porque a veces no debería ser, yo debería tener requisitos diferentes para compañías dependiendo si el país es desarrollado o no, pero no es así.
Cada vez están volviendo las varas iguales en el mundo y creo que eso hace que cada vez más las empresas de mercados en desarrollo tengan que ponerse las pilas en hacer la tarea más rápido.
¿Las políticas influyen, las políticas de AL están atrasadas en comparación con Europa?
Yo no te diría que atrasadas, el problema no es que haya políticas buenas y políticas malas, el problema es la incertidumbre de las políticas, porque cuando yo financio un proyecto energético, por ejemplo, yo estoy hablando de un proyecto de largo plazo y tengo que estar atento al presidente de turno, si va a cambiar las políticas o no…
Hay mayor riesgo si hay un riesgo regulatorio, entonces yo te diría, no se trata de que las políticas sean buenas o malas; yo creo que se trata de poner reglas de juego buenas o malas, pero estas son, y me voy a comprometer con esas reglas de juego, y creo que la incertidumbre de a qué estoy jugando es lo que afecta el financiamiento de algunos proyectos en AL a largo plazo.
Como docente del curso Negocios Sostenibles ¿Qué consejo le darías a los/as estudiantes del programa para que logren integrar exitosamente la sostenibilidad en las fianzas de las empresas donde trabajan?
Yo creo que el primer consejo es abrir la mente y que rico encontrar algo que uno no sepa. Es clave no cerrarse a pensar que esto es de hippies. El segundo consejo es inspirarse, a mí me gusta pensar, que entender los problemas del mundo, nos da un pull grandísimo de ideas de donde pueden salir un montón de negocios, si yo logro solucionar un problema de mi mundo, yo logro generar algo a largo plazo.
¿Con qué sensación te quedaste, después de haber dictados los cursos que has dictado en las escuelas internacionales, sientes que los/as estudiantes si lograron incorporar esa mirada?
Yo aspiro a que los/as estudiantes hayan logrado hacerse por lo menos preguntas, ya con que se hagan preguntas siento que es un avance; yo aspiro a que los estudiantes hayan salido con una curiosidad grande de entender y generar cambios grandes en sus organizaciones. Trato de generar eso en la clase y trato de apelar al sentido común de los/as estudiantes. Porque la sostenibilidad no es más que sentido común, pensar que lo que pasa en el mundo te afecta y afecta al negocio y es buen sentido de los negocios entenderlo.
No lo hago porque soy bueno, lo hago porque es buen sentido de los negocios a largo plazo entender mis stakeholders y entender los riesgos y las oportunidades que generan retos para el mundo, como son la pobreza, el cambio climático, la necesidad de vivienda digna. Todos estos retos son claves para las empresas y para generar oportunidades y riesgo de negocios.
Entrevista realizada por: Ana María Dávila, Vinculación con el Medio MBA.